Capitulo 3 del libro "Dime que te duele y te dire como eres"
- Ana Claudia Gonzalez Ruiz

- 18 ago
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 24 nov
¿Que fue primero?, ¿El huevo o la gallina?
¿Que se descompagina primero?, ¿el cuerpo, la mente, las emociones, la energía? El camino de la salud a la enfermedad
Desde la medicina occidental, los síntomas físicos se interpretan como consecuencia de fallos biológicos, orgánicos o funcionales. Por ejemplo: un colon irritable puede deberse a una disfunción del intestino, una contractura a un mal movimiento, o una migraña a un desequilibrio químico cerebral.
Sin embargo, cada vez más investigaciones reconocen que muchas enfermedades tienen un componente multifactorial, donde influyen factores psicológicos, emocionales y sociales. Estrés, ansiedad, trauma, insatisfacción laboral o falta de contacto afectivo no sólo alteran la mente: impactan directamente en el sistema inmune, nervioso, hormonal y digestivo. Ese jefe que te tiene los pelos de punta y que tenes tantas ganas de decirle que se vaya a freir espárragos pero no podes porque te quedas sin trabajo, capaz le da sentido al bruxismo que haces en la noche, porque apretas los dientes para no tirarte a su yugular y sacársela de un mordisco. En medicina, ya se habla de psiconeuroinmunoendocrinología: una forma compleja de decir que todo está conectado.
En la Medicina China no se pregunta “¿qué fue primero?”, porque todo ocurre al mismo tiempo y se influencia mutuamente.El cuerpo, la mente, las emociones y la energía forman un sistema único. Cuando una parte se desajusta, las demás lo sienten.
Según la MTC, hay órganos que se vinculan con emociones específicas:
El hígado con la ira o la frustración
El pulmón con la tristeza
El corazón con la alegría (y su exceso)
El bazo con la preocupación
El riñón con el miedo
Por ejemplo: si el Qi (energía) del hígado no fluye bien porque hay rabia contenida, eso puede generar contracturas musculares, migrañas, trastornos menstruales o digestivos.
Entonces, una emoción mal gestionada puede alterar la energía.Esa energía alterada puede alterar un órgano.Ese órgano alterado puede manifestar un síntoma físico.Y ese síntoma físico puede reforzar el malestar emociones. Es un circulo vicioso y nosotros trataremos de transformarlo a virtuoso. El huevo es la gallina. La gallina es el huevo.
¿Cuántas veces nos hemos sentido “rar@s”, cansad@s, incómod@s… sin poder explicar exactamente qué nos pasa?
Vivimos en un mundo que nos enseñó a dividir el cuerpo de las emociones, la típica frase “vamos por partes diría Jack”, a mirar las enfermedades como enemigos, y a pensar que todo lo físico se arregla con una pastillita.Pero nuestro cuerpo no grita por capricho. Grita porque antes susurró… y no lo escuchamos.
Cada síntoma es como una campanita. Una señal que dice:
“Hay algo que estás sosteniendo, callando o forzando... y ya no podés seguir así.”
Te voy a contar una historia de mi madre. Gracias a esta historia y alguna mas que ya vendrá en otro capítulo, me decidí a estudiar Medicina Tradicional China, PNL y Coaching.
Mi mamá desde que tengo recuerdos de ella, sufría mucho de "llagas" en la garganta, esas plaquetas blancas que se te hacen en las paredes de la garganta, infecciosas, que no te dejan tragar, te dan mucha fiebre y todo lo que se siente con la fiebre.
Ella no podía dejar de trabajar porque era sola a mantenernos, asi que era recurrente la visita de una enfermera que le daba inyecciones de Amoxidal, algo asi como un aceite denso en el gluteo, que duele muchísimo, creeme que si, al punto de aflojarte las piernas, pero era lo que la mantenía en pie para seguir adelante.
Varias veces fue a los médicos a preguntar que pasaba, si había algo distinto para darle, hasta que llego a uno que HIZO algo distinto. Le pidio que contara una pequeña parte de su historia de vida. Mi mamá saco pañuelos y abrió "el libro gordo de Peteco".... a los 10 minutos el hombre la frenó y le dijo; "señora usted lo que tiene es angustia, y la contiene toda en la garganta". Le mando ejercicios de respiración consciente y de meditación.
Esa mujer como por arte de magia, sin medicación, logró curar su garganta hasta el dia de hoy.
Este capítulo no busca que te sientas culpable por lo que te duele. Busca que empieces a preguntarte con honestidad y compasión: “¿Qué parte de mí está desequilibrada?”
Ejercicio para hacer en casa:
Dibujá un cuadrado dividido en 4 partes. En cada una, escribí:
Cuerpo físico: ¿Qué síntomas o molestias siento?
Mente/pensamientos: ¿En qué pienso repetidamente? ¿Hay pensamientos tóxicos o circulares?
Emociones: ¿Qué siento últimamente? ¿Me lo permito o lo reprimo?
Energía: ¿Cómo está mi nivel de vitalidad? ¿Me siento apagada, dispersa, cargada?
Observá:
¿Hay una zona que está sobrecargada, que tiene mucho escrito?
¿Cuál estás ignorando por completo y por ende no escribiste nada?
¿Con cuál no estas conectando y por ende no sabes que escribir, aunque sabes que algo seguro va ahí?
Escribí una acción amorosa para cuidar cada una. Puede ser algo simple, no te mates con grandes cosas, lo simple puede ser mucho más poderoso, porque tiene altas chances de que lo hagamos, y más vale algo a nada.
Comprometete con al menos una acción esta semana. Anótala con fecha. Y así seguí semana a semana con el resto.






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